Destinos masificados… Aunque no lo parezcan.
¿No te ha sucedido alguna vez que te has emocionado por las expectativas que te habías creado respecto a un viaje o un destino y, una vez allí, te sientes como si te hubieran echado un jarro de agua fría encima?
Hoy en día, con el imperio de Instagram, con las imágenes fotografiadas con filtros y con los perfectos encuadres para solo mostrar un pedacito de la realidad, distorsionando de este modo la realidad en sí misma…
Parajes naturales o ruinas de civilizaciones ancestrales, en su mayoría lugares recónditos de nuestro planeta.
Lugares que en las fotos aparentan estar inmersos en la soledad del paisaje que los conforma o que los rodea.
Y cuando descubres la realidad… es demoledora.
El problema (si puede considerarse tal) es que nunca están tan vacíos como esperábamos.
Atracciones turísticas que por exceso de turistas han perdido su identidad.
Puede que en su origen fueran realmente algo exótico, auténtico y muy interesante para el viajero que se cruzaba medio mundo y se enfrentaba a maneras de vivir completamente diferentes a la suya.
Pero hoy en día muchas de ellas han sido sepultadas por su propio éxito.
La imagen que te haces de muchos destinos, se desmorona cuando los autobuses de turistas, los flashes de las cámaras y las tiendas de recuerdos invaden casi todo el campo de visión, y el absorber algo de su cultura se convierte en misión imposible.
Un ejemplo de masificación diaria es La Gran Muralla China.
Con más de 21.000 kilómetros de largo, la mayoría de los turistas se concentran en zonas muy concretas.
Pero hay otras entradas a la Gran Muralla más desconocidas y que incluso gozan de mejores vistas, como la entrada de Jiankou.
Cuanto más viajas, más te das cuenta de que los lugares más típicos y turísticos no son los que más te llenan.
En realidad, disfrutas mucho más los que descubres por casualidad, despiste o recomendación de algún local.
No fomentas a una contaminación masiva del lugar y a la desigualdad social.
Es mucho más fácil conocer a los lugareños.
Puedes hacer fotos, vídeos o lo que se te ocurra sin nadie alrededor y por supuesto, más tranquilidad.
Buscar lugares frecuentados por gente local y menos frecuentado por el turista puede marcar la diferencia un viaje único.
Los lugareños no suelen pasar sus vacaciones en los sitios turísticos,suelen buscan alternativas a las cuales no suelen llegar los turistas extranjeros.
En las grandes ciudades turísticas pasa lo mismo. La gente visita los mismos lugares y va a los mismos cafés, restaurantes, plazas, catedrales, parques… acumulándose todos en cada uno de ellos.
La alternativa? intentar salirse del circuito turístico y buscar experiencias que nos dejen con mejor sabor de boca en rincones menos frecuentados por turistas.
Por eso, desde Viajes Mortera , te animamos a que te pierdas, visites la ciudad sin mapa y los lugares que no aparecen en las guías y mézclate con la gente en los barrios más humildes. Verás cómo descubres pequeños rincones que te dejarán asombrado.